El origen del nombre de la ciudad de Lima

La capital del Perú, como cada 18 de enero, celebra un año más de su fundación. Una de sus características es su antigüedad, porque dentro de su extensión territorial conviven arquitecturas de diferentes épocas, como la prehispánica, la colonial, la republicana y la moderna. Por esa razón, la ciudad de Lima no siempre ha lucido igual, esta se ha ido extendiendo a través del tiempo a tal punto que actualmente (2023) alberga una población de 10 millones 151 mil habitantes entre todos los distritos que la integran como provincia. Además, el topónimo “Lima” no solo se utiliza para denominar a la provincia del mismo nombre, sino que también se emplea como nombre de un departamento y una región, por lo que cabe preguntarse a qué hace referencia exactamente tal nombre.

La evolución del término

Como es de común conocimiento, la capital del Perú es llamada de dos maneras: “Lima” y “Ciudad de los Reyes”. Para indagar cuál es el origen de ambas denominaciones es necesario remontarse a las primeras fuentes escritas, es decir, los registros de los cronistas. Una de estas fuentes es la obra Historia de la fundación de Lima (1639) del padre jesuita Bernabé Cobo (1582-1657). En su crónica, se puede encontrar hasta tres denominaciones relacionadas al mismo lugar: “Ciudad de los Reyes”, “Rimac o Limac” y “Lima”.

El primer nombre que se encuentra registrado oficialmente es el de “Ciudad de los Reyes” y fue designado por Francisco Pizarro durante su fundación, el cual será empleado en los documentos oficiales para referirse a la capital de la Gobernación de Nueva Castilla (1529-1542). No obstante, en la misma área geográfica y antes de la llegada de los españoles ya existían curacazgos que habitaban esa zona, los cuales, según el padre jesuita, presentaban diferencias lingüísticas con el quechua de los pueblos de la sierra central, lo cual llevará a la existencia de un topónimo de origen local.

Por esta razón, el segundo topónimo empleado para denominar a la región donde se funda la capital de futuro Virreinato del Perú tuvo origen en la palabra quechua “Rimac”. Sin embargo, el cronista señala que los habitantes de la costa utilizaban una variante del quechua por lo que la denominación del lugar cambiaba ligeramente. En efecto, Cobo explica que

La razón de hallarse esta desconformidad entre serranos y marítimos, es por ser este nombre Rimac propio de la lengua Inga, que es la matrona de aquellas, particularmente las del Cuzco, la cual hablan los serranos con mas propiedad y elegancia, y los de los llanos la usan algo corrupta, como extraña y peregrina (…). (Cobo, 1885: 26).

Nótese que el autor, desde su perspectiva, hace una distinción entre dos grupos humanos: uno con la denominación de “serranos” para aquellos que provenían de la sierra central y hablaban el quechua de los Incas; el otro, “yuncas” o “marítimos”, quienes hablaban una variación regional de la lengua quechua. Esta distinción propuesta por el cronista se basa en las diferentes pronunciaciones del mismo topónimo, así se nos cuenta que:

(…) en un camino encontrando á algun indio que viene del mar, le preguntamos que ¿á donde vá? á lo que el serrano, dice, respondiendo en su lengua: Rimac-man, que quiere decir á Lima (?), y si es indio y yunca: Limac-man poniendo L donde el otro puso R. (Cobo, 1885: 26)

Por otro lado, en la misma crónica, se menciona un tercer topónimo: “Lima”. Este nombre corresponde a la denominación cotidiana utilizada por los hablantes del castellano, la cual tomaron del quechua, pero con dos diferencias lingüísticas importantes: la primera, mantuvieron la variación de los hablantes “yuncas”, es decir, considerar /l/ inicial en lugar de la /r/, que los españoles pronunciaban como erre, y la omisión de la última consonante: la C. De esa manera, los españoles denominaban informalmente al lugar donde se fundó la ciudad como “Lima”, mientras que en sus documentos oficiales escribían “Ciudad de los Reyes”.

Sin embargo, el estudio etimológico del lingüista peruano Rodolfo Cerrón Palomino, realizado en el año 2000, aporta otro tipo de análisis respecto a lo mencionado anteriormente. Primero, señala que la forma primigenia del topónimo es Limaq, el cual los cronistas españoles lo escribirán como Limac. Esta afirmación es sostenida a partir de la evidencia lingüística encontrada en “(…) los dialectos quechuas del Valle del Mantaro: [lima:] en Huancayo, y [Limah] en Jauja (donde la longura vocálica como la /h/ finales provienen, por regla general, de una antigua /q/” (Cerrón, 2000: 1). La huella de aquella /q/ también fue encontrada por el lingüista en otras lenguas.

En cuanto al cambio de la /l/ en lugar de la /r/, esto se conoce como lambdacismo y era característico de la variedad quechua de la costa centro-sureña del Perú, por lo que no era exclusivo de los hablantes locales de la costa, sino también de los hablantes del quechua del Valle del Mantaro o quechua huanca, lo cual corrige la interpretación de Cobo en ese punto. Además, Cerrón (2000) indica que este fenómeno lingüístico podría tener un sustrato aimara, ya que los hablantes de dicha lengua rechazan la pronunciación del sonido /r/ y lo cambian por /l/, o como en el aimara de Tupe (Yauyos) en Lima, donde lo reemplazan por una consonante nasal (Nimja en lugar de Limja).

En cuanto a la adaptación española, Cerrón (2000) explica que el sistema lingüístico del castellano no admite una consonante oclusiva al final de las palabras, por lo que, los hablantes españoles de esa época omitieron la pronunciación de la c final de “Limac” y se quedaron con la denominación “Lima”, que es como se conoce a ese topónimo en la actualidad.

La evolución del significado

En cuanto al topónimo “Ciudad de los Reyes” este hace referencia a la festividad de los Reyes Magos que se celebra cada 6 de enero, además de coincidir con la fecha en la que se dispuso la búsqueda del lugar donde se fundaría la nueva capital. Según el padre Cobo, la capital de la Gobernación de Nueva Castilla (1529-1542) estaba ubicada en la ciudad de “Hatunjauja” (1533), pero debido a lo difícil que fue para los españoles establecerse en ese lugar, el gobernador Francisco Pizarro (1478-1541) decidió, un 28 de noviembre de 1934, trasladar la capital a una zona más accesible.

Por ello, el gobernador se traslada a Pachacamac y el 6 de enero de 1535 dispone que tres españoles (Ruiz Dias, Juan Tello y Alonso Martín de Benito) exploren la zona de la provincia de Lima, que se informen con los curacas del lugar y encuentren el lugar idóneo para fundar la nueva capital. La respuesta fue recibida el 13 de enero del mismo año y se dirigieron inmediatamente al lugar para fundar la “Ciudad de los Reyes” un 18 de enero de 1535. Sobre los motivos de la denominación, el padre jesuita señaló que dicho topónimo se utilizó:

por devoción y memoria de los Reyes Magos, por cuanto al mismo tiempo que ellos se encaminaban gozosos en demanda de Belen, para adorar al Salvador recien nacido, andaba el mismo Gobernador y sus compañeros (…) buscando sitio aparejado en que poblar; y por haber sido la Pascua de los santos Reyes la fiesta mas propincua al día de la fundación (…) (Cobo, 1885: 24)

Sin embargo, el asentamiento donde se fundó la ciudad contaba con habitantes antes de su establecimiento, así según Reinhard Agustín Burneo menciona que

(…) el territorio que hoy conocemos como Lima Metropolitana estaba dividido en distintos curacazgos o señoríos (…). Además, no solo existían ya desde mucho antes caminos, canales y construcciones monumentales, sino también una organización social y geopolítica muy arraigada, que abarcaba las partes bajas de los valles del río Rímac y del río Lurín, conformando las tierras del señorío Ychsma o del señor de Pachacamac (Burneo, 2017: 16)

Precisamente, para Burneo (2017) la fundación de la ciudad de Lima se realizó sobre el mismo asentamiento prehispánico con la venia del curaca del curacazgo de Lima: Taulichusco, quien probablemente no tuvo posibilidad alguna de negarse.

Por otro lado, el segundo topónimo “Lima” cuenta con el estudio etimológico realizado por el investigador Rodolfo Cerrón, quien indica que, para encontrar el significado original del término, se debe comenzar por analizar la raíz y el sufijo del término quechua “Rimaq”. Así, la raíz quechua rima significa ‘hablar’, mientras que la q final permite llegar a la denominación ‘el que habla’, lo cual también resulta aplicable para la forma “Limaq”.

Cabe señalar, que existen dos hipótesis para indicar al referente de ambas expresiones (“Rimaq” y “Limaq”). La primera, sustentada por Cobo y Porras Barrenechea entre otros, que consiste en relacionar el significado ‘el que habla’ con el río homónimo que se caracteriza por ser ruidoso. La otra hipótesis, es defendida por Cerrón, a partir del texto de Cristóbal de Albornoz y Garcilaso, quienes señalan que la expresión hace referencia a una huaca o ídolo que cumplía las funciones de oráculo en tiempos prehispánicos.

Sin embargo, el significado de las palabras no se reduce a lo etimológico y evoluciona según el uso de los hablantes, de tal manera que como palabra que designa a un área geográfica determinada (los valles de los ríos Rímac, Chillón y Lurín), la denominación “Lima” se refirió de manera no oficial, en un primer momento, a la capital de la Gobernación de Nueva Castilla (1529-1542), que luego se reorganizará como Virreinato del Perú.

Ahora bien, los españoles identificaban como “Ciudad de los Reyes” y “Lima” a la ciudad que terminaron de amurallar en el año 1687 como parte de un sistema de defensa contra ataques de piratas durante el Virreinato (Burneo, 2017). Pero con la independencia del Perú se presentó una nueva división política, donde el país se dividió en departamentos constituidos por provincias, de modo que:

(…) el 4 de agosto de 1821, el general José de San Martín, señala que estando libre de la dominación española la capital del Perú y demás pueblos situados al sur hasta Nazca, los partidos (provincias) del cercado de la capital (Lima), Yauyos, Cañete, Ica y Huarochiri formarán el departamento de la capital (Lima) (Beraún, 2021: 15).

Nótese que con la independencia se establece la denominación de “Lima” tanto para la provincia como para el departamento. Posteriormente, esta misma división territorial quedará establecida en la primera Constitución Política del Perú (1823) y así, el topónimo “Lima” se utilizará para denominar a la provincia (la antigua capital del Virreinato del Perú) y al departamento (el conjunto de provincias que incluye también a la provincia de Lima). Así, dicha división quedará establecida hasta la actualidad, salvo por algunos cambios en la estructura del departamento o la provincia a lo largo del tiempo.

Finalmente, con el proceso de regionalización el departamento de “Lima” quedo dividido políticamente en dos partes: la provincia de “Lima” y la región “Lima”, de modo que la provincia está constituida por lo que se conoce actualmente como Lima Metropolitana, mientras la región “Lima” está conformada por las demás provincias del departamento, de tal forma que sus límites, según un documento del SEACE son: “(…) por el norte con la región Ancash, por el nordeste con la región Huánuco, por el este con las regiones de Pasco y Junín, por el sur con la región Ica y por el oeste con el océano Pacífico y Lima Metropolitana” (SINEACE, 2020: 4).

Conclusión

En resumen, la capital del Perú lleva dos denominaciones siendo su nombre oficial en la actualidad el topónimo de “Lima”, aunque también se le conoce como “Ciudad de los Reyes”. La primera denominación es derivada de la palabra quechua “Rimaq” que significa “El que habla” y que puede referirse al ruidoso río del mismo nombre o a una antigua huaca prehispánica muy visitada por funcionar como oráculo. El segundo nombre, en cambio, fue el primer nombre oficial designado por los españoles a la ciudad en su fundación en 1535 y cuyo origen se debe a la celebración de los Reyes Magos. No obstante, la denominación paso de la región donde se asentó la ciudad de los españoles (los valles de los ríos Rímac, Lurín y Chillón) a las diferentes denominaciones empleadas en la división del territorio del país a partir de su independencia. Así, “Lima” puede referir a la provincia o Lima Metropolitana, a la región o el conjunto de las demás provincias, y al departamento o el conjunto de Lima Metropolitana y la región Lima.


Referencias bibliográficas

Beraún, J. (2021). La Organización territorial del Perú (1821-2021). Cuadernos Iberoamericanos 9(4), 10-33. https://doi.org/10.46272/2409-3416-2021-9-4-10-33

Burneo, R. (2017). El damero de Pizarro: el trazo y la forja de Lima. Municipalidad Metropolitana de Lima.

Cerrón-Palomino, R. (2000). Nota etimológica: el topónimo Lima. Lexis 24(1), 151-162. Recuperado a partir de https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/lexis/article/view/4946

Cobo, B. (1882). Historia de la fundación de Lima. Imprenta Liberal. (Trabajo original publicado en 1639).

Instituto Nacional de Estadística e Informática. (17 de enero de 2023). Población de Lima Metropolitana supera los 10 millones 151 mil habitantes. https://www.gob.pe/institucion/inei/noticias/689179-poblacion-de-lima-metropolitana-supera-los-10-millones-151-mil-habitantes

Ordenanza N° 1630 de 2012 [Municipalidad Metropolitana de Lima]. Sobre definición y delimitación de las zonas del Cercado de Lima.

Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa. (2019). Caracterización de Lima Región. Recuperado a partir de https://repositorio.sineace.gob.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12982/6223/Caracterizaci%C3%B3n%20Regional%20Lima.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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