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La definición de la filosofía según David Sobrevilla

David Sobrevilla Alcazar (1938-2014) fue un filósofo peruano egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que realizó un doctorado en filosofía en la Universidad de Tubinga en Alemania. En cuanto a su desarrollo filosófico, otro gran filósofo, Francisco Miroquesada señala que éste puede describirse en tres periodos: periodo de aprendizaje (1955-1970), periodo de transición (1970-1986) y un periodo autónomo (1986-2014) donde buscará una filosofía más auténtica, en el sentido que partirá de la tradición occidental para replantearla, después de pasarla por el tamiz que representan las necesidades y particularidades propias del Perú y Latinoamérica.

En el año 2014, la Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma publicó el libro Introducción a la Filosofía de David Sobrevilla, donde él define a la filosofía de dos maneras, primero como “la orientación racional y general en el mundo”, y luego como “la reflexión racional sobre ciertos problemas básicos o fundamentales, (…) de un alto grado de generalidad y por ello mismo muy abstractos (y difíciles)”, con la salvedad que él las presenta como determinaciones de la filosofía. No obstante, antes de hablarnos de dichas determinaciones, él nos presenta el panorama de las perspectivas desde las cuales se puede abordar la indagación sobre la filosofía: la indagación etimológica y la indagación conceptual.

En cuanto a la primera, se nos menciona de la existencia de un sentido técnico y otro no técnico. El primer sentido es la clásica definición de la filosofía como amor a la sabiduría, a partir de las raíces griegas que conforman dicha palabra. Respecto al sentido no técnico, este se encuentra en un texto de Hesíodo (siglo VIII a.C.) quien utiliza el término como “amante del saber”, posteriormente la utilizarían Heráclito y Pitágoras (siglo VI a.C.), el primero como “sabedor de muchas cosas” y el segundo como “amante de la sabiduría”, atribuyéndose a éste último el hecho de ser el primero en autodenominarse como filósofo según una anécdota recogida por Cicerón (siglo I a.C.).

El segundo modo de indagación sobre la palabra filosofía puede realizarse en tres sentidos: el sentido amplísimo, el sentido amplio y el sentido histórico. El primer sentido se encuentra en el trabajo de Paul Radin, denominado El hombre primitivo como filósofo, donde se busca encontrar como abordaba el hombre primitivo temas propiamente filosóficos (el destino, el sentido de la vida, etc.) y se llega a la conclusión de que todas las culturas antiguas tuvieron filosofía. Sobre el sentido amplio, se utiliza los trabajos de Karl Jaspers y Jesús Mosterín, Origen y meta de la historia e Historia de la filosofía respectivamente, donde se plantea que el desarrollo del pensamiento humano puede dividirse en dos etapas: el pensamiento arcaico y el pensamiento filosófico. Así el primero asumiría un acceso directo al mundo sin hacer uso de la razón, sino apelando a mitos y otorgándole una gran importancia al rito como medio para acceder a las divinidades. Respecto al segundo, comenzará por considerar un tiempo axial o eje ubicado en el siglo VI a.C. donde se desarrollaran los principales sistemas de pensamiento en Grecia, India y China. Por último, el sentido histórico, nos lleva a las costas del Asia Menor, a la ciudad de Mileto durante siglo VI a.C. donde aparecerán los primeros representantes de la filosofía occidental.

Desde esta última perspectiva, Sobrevilla desarrollara el origen de la filosofía considerando como base el trabajo del filósofo español Ortega y Gasset en su obra Origen y epílogo de la filosofía, cuya tesis central es que “para afirmarse en el mundo el ser humano necesita ciertas creencias y técnica”, por lo que la aparición la filosofía en occidente se estructurará en un proceso de tres etapas: la magia, el mito y la filosofía. Sin embargo, en el texto solo se abordará el paso del mito al logos, donde el desarrollo comercial y la aparición de la escritura serán claves para explicar la crisis de la civilización griega durante los siglos VII y VI a.C. que permitirán la aparición de las religiones orientales en dicha región y el surgimiento de la filosofía, proceso que comenzará con el desarrollo de la actitud filosófica; luego el abandono del modelo genético del mundo, que heredaron de los mitos, por un modelo histórico y diacrónico que posteriormente se verá complementado con el desarrollo de la lógica en el siglo IV a.C..

En relación con lo anteriormente expuesto, Sobrevilla introduce el tema de las determinaciones de la filosofía que bien puede entenderse como su definición. Así, en una primera instancia, él la define como “la orientación racional y general en el mundo”. Adicionalmente aclara que se trata de una orientación en la medida que busca ubicar o determinar a una persona o entidad o un conjunto de estas en un lugar ante el mundo y para ello requiere de un instrumento que es la razón, por ello se diferencia de la religión que también es una orientación pero a través del mito y la fe. Asimismo, se considera que es general porque su objeto es la realidad como una totalidad, precisamente ésta característica la diferencia de la ciencia que solo aborda ciertos aspectos o dominios de la realidad. Ahora bien, esta definición o determinación de la filosofía se encuentra abordada por la metafísica por lo que las demás disciplinas filosóficas abordarán la otra definición o determinación de ésta. Así, la otra determinación de la filosofía es definida como “la reflexión racional sobre ciertos problemas básicos o fundamentales, (…) de un alto grado de generalidad y por ello mismo muy abstractos.”, es decir, que ésta también se encarga de abordar ciertos aspectos de la realidad y que a diferencia de la ciencia su labor sería más general y basada en un examen racional y no empírico de dichos aspectos. No obstante, esta posición deja fuera otras orientaciones basadas en la voluntad de poder, como en la filosofía de Nietzsche, y la voz del ser en la filosofía de Heidegger.

Por otra parte, el filósofo huanuqueño divide la filosofía inicialmente en dos ramas: la rama formal o propedéutica y la rama real. En la primera rama se ubica a la lógica como una materia introductoria de la filosofía que hace referencia a la parte formal del pensamiento, su objeto de estudio, estudiando los razonamientos deductivos e inductivos. En cambio, la segunda rama, aborda los objetos de la filosofía en el mundo real, que a su vez se subdivide en una filosofía teórica (reflexión sobre el mundo dado), filosofía práctica (reflexión en torno a la acción humana), filosofía de la técnica (reflexión sobre el mundo producido por el hombre) y filosofía de la religión (reflexión sobre la trascendencia y lo divino). Finalmente, todos estos temas se refieren a una reflexión sobre el hombre, sobre el ser humano.

Finalmente, se realizará una breve exposición sobre los métodos de la filosofía, entendiendo a estos como el camino que uno debe seguir para obtener un determinado fin. Ahora bien, dicho fin puede ser teórico o práctico, y por ende buscará el conocimiento o la felicidad, respectivamente. Sin embargo, Sobrevilla considera únicamente al fin teórico para desarrollar su explicación sobre el método. Así, tenemos que él comienza por la edad antigua donde destaca al método dialéctico de Platón y el pluralismo metódico de Aristóteles. Posteriormente, en la edad moderna se recogerá de Francia al método único de cuatro reglas propuesto por Rene Descartes; hasta llegar al siglo XIX donde primaron dos métodos: el método positivista de Augusto Comte, que se ajustaba al estudio de lo dado, y el método dialéctico de Hegel y Marx que, a diferencia de Platón, se encarga de encontrar y superar las contradicciones que se encuentran en la conciencia y en el ámbito material, respectivamente. Luego, con la división entre las ciencias de la naturaleza y las de la cultura se comienza a establecer la diferencia entre hechos y valores, un ejemplo de ello es la propuesta del neokantiano Heinrich Rickert, mientras que Wilhelm Dilthey plantea un método hermenéutico para abordar la ciencias espirituales. Posteriormente, aparecería Hans-Georg Gadamer para darle una mayor importancia al medio linguistico. Además, durante el siglo XX la filosofía tendrá dos métodos en disputa: el método fenomenológico de Husserl y el método analítico del primer Wittgenstein. Finalmente, también existe una corriente antimetódica conformada por Nietzsche, Gadamer y Feyerabend, que rechaza la preponderancia del método respecto a la ciencia y la filosofía.

Definicion filosofia segun sobrevilla

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Fernando Tola y la existencia de la filosofía de la India

Fernando Tola Mendoza, fue un filósofo y traductor peruano de innumerables obras, que nació en Lima un 20 de octubre de 1915. Realizó sus estudios secundarios en Bélgica donde comenzaría su interés por el sanscrito, lengua que aprendería de manera autodidacta, valiéndose de un libro de gramática escrito por Henri Courbin y aplicando las normas filológicas aprendidas en sus clases de griego y latín en Bélgica.

Posteriormente, estudiaría en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego trabajaría como profesor de latín, griego y literatura griega y oriental. En esta universidad, en el año 1962 fundó el Instituto de Lenguas y Culturas Orientales. Sin embargo, según señala Camilo Torres “la demagogia terminó con este centro de investigación cuando un grupo de estudiantes se apropió del pequeño local que tenía y trasladaron su biblioteca… al baño.”

Tola continuaría con su trabajo en Argentina durante el periodo de los militares hasta que estos lo despidieran de su trabajo en la universidad y de su cargo en la CONICET. Es en este momento, que recibe una beca para continuar su trabajo en Japón y en la India. Finalmente, regreso a Argentina donde residió hasta el martes 18 de julio de este año, fecha en la que fallece a la edad de 101 años en la ciudad de Buenos Aires.

No obstante, dentro de todo su legado nos deja su obra cumbre escrita en colaboración con su esposa Carmen Dragonetti y publicada en el año 2008 por editorial Kairos: La Filosofía de la India. Del Veda al Vedanta. El sistema Samkhya. El mito de la oposición entre “pensamiento” indio y “filosofía” occidental, texto que plantea la existencia de la filosofía en la tradición de la India, cuestionando la creencia de que solamente existe la filosofía en Occidente, y más aún solo en Europa. Dicha propuesta parte de identificar que el inicio del mito de la filosofía únicamente Occidental se encontraría en las clases de filosofía de Hegel, y que se contraargumentaría sosteniendo cuatro tesis que nos llevarían a encontrar paralelismos entre ambos pensamientos.

Así, él encuentra que el prejuicio de que la filosofía es únicamente de origen Europeo se haya en  los cursos de filosofía que impartió Hegel durante el periodo de 1823 a 1830. Dicho prejuicio lo sufrió en carne propia el mismo Tola, pues sus trabajos sobre la India no eran admitidos por no encontrarse dentro de la filosofía oficial, en gran parte porque se consideraba que no había filosofía propia de la India. Esta circunstancia lo lleva a investigar acerca de las razones que llevaron a Hegel a negar la posibilidad de la existencia de la filosofía de la India.

Al respecto, se encontró que Hegel (como se citó en Tola y Dragonetti, 2008) la concebía como “la primera parte de la historia de la filosofía”, antes que la filosofía griega, e inclusive le reconoce (como se citó en Tola y Dragonetti, 2008) la existencia de “filosofías abstractas y una lógica formal desarrollada”. Sin embargo, el filósofo alemán descarta que ésta califique como filosofía porque surgió en una sociedad donde no había conciencia de la libertad del Espíritu, donde el único sujeto libre era el déspota, a diferencia de la antigua Grecia donde algunos eran libres (los aristócratas) y la Europa moderna donde todos eran libres. Y es que para él había una relación entre la libertad política y la libertad de pensamiento, donde la primera era condición de existencia de la segunda, razón por la cual el Espíritu surge en Grecia pero separándose de la Naturaleza, de la materia, elevándose hasta convertirse en una idea, un concepto. Así, es el Espíritu que se manifiesta en los hombres libres él que les permite generar el conocimiento abstracto y lógico que caracteriza a la filosofía occidental. En cambio, la India significaba lo contrario, pues si bien el Espíritu surgió primero allí, debido a que no había hombres libres como en Grecia, además el poder y la libertad se encontraban centralizadas en el déspota, y que la meta de los indios era perder su individualidad en una fusión con el Espíritu, que se mantenía inseparable de la Naturaleza, entonces no había posibilidad alguna para que surja la filosofía en dicha región.

Lamentablemente, estas opiniones de Hegel calaron fuertemente en la cultura y se han mantenido durante siglos en la mente de los filósofos, pese a que éstas se encuentren cargadas de un prejuicio etnocéntrico y del desconocimiento del pensamiento de la India. En cuanto al prejuicio, tenemos que Hegel idealiza el mundo griego, enalteciendo su conciencia de libertad pese a que ellos mantenían esclavos en su pirámide social; también refuerza la idea de que Europa es superior a cualquier otra cultura o nación, a tal punto que en aquella época un trabajo realizado sobre el sánscrito, donde se descubre que éste forma parte de la familia de lenguas indoeuropeas como el griego y el latín, es estigmatizado por pretender igualar la lengua india a las lenguas clásicas europeas. Por el otro lado, Hegel no pudo conocer el trabajo completo de H. T. Colebrooke[i] acerca de la filosofía de la India, por lo que sus textos presentaban errores respecto al Yoga y al Budismo.

Respecto al Yoga él afirma que (como se citó en Tola y Dragonetti, 2008) es la “esencia de la religión del pueblo indio”, contiene “el más elevado concepto de dios”, su finalidad es la unión con dios y asume que los tópicos especiales del Yoga, como el proceso concentrativo de la mente, no es desarrollado por Colebrooke (como se citó en Tola y Dragonetti, 2008) debido que eran  “extraños para nosotros (los europeos), salvajes (el pensamiento de la India), productos de la superstición, que nada tiene que hacer con el carácter científico”. Sin embargo, el yoga en realidad es solo una técnica que permite acceder a un tipo especial de conocimiento de naturaleza vivencial que puede ser practicado por personas que pertenecen a doctrinas religiosas o que son ateas y que la presencia o ausencia de la noción de Dios dependen del sistema que les proporcione sus fundamentos metafísicos.

En cuanto al Budismo, Hegel identifica al Lamaismo con el Budismo, asocia a éste con la idea de Dios como la Nada o el No-ser y equipara a ésta noción de Dios con Buda y el Dalai Lama, asimismo le atribuye la teoría de la transmigración de las almas y caricaturiza al Buda como un hombre gordo que se succiona el dedo del pie. Dichas afirmaciones resultan equivocadas porque por un lado el Lamaísmo es una de las variantes que hay dentro del Budismo Mahayana, por el otro es una religión que carece de un dios y se caracteriza por afirmar la insubstancialidad, por lo que no concibe la existencia del alma y plantean en su lugar la teoría de la serie de conciencias, y finalmente, no existe ninguna imagen del Buda succionándose alguno de sus dedos.

Es así que el prejuicio contra el pensamiento no-occidental,  en este caso el pensamiento de la India, se nutre de los errores de apreciación de Hegel y de una actitud que venía desde los mismos griegos que veían a toda cultura foránea como inferior a su cultura, actitud que fue mantenida por los romanos hasta la modernidad. Ante este prejuicio que también encontró Fernando Tola, éste sostiene que en realidad si existe una filosofía propia de la India y para ello plantea cuatro tesis: La primera, la coincidencia en los temas abordados, las formas de enfrentar dichos problemas y las soluciones planteadas por parte del pensamiento de la India y Europa; la segunda, las manifestaciones de irracionalidad y racionalidad que se encuentran en ambas formas de pensamiento; la tercera, si comparamos el pensamiento de la India y Europa encontraremos que hubo filosofía en ambas; y la cuarta, dicha comparación tiene un límite cronológico.

La primera tesis, afirma que “hasta el siglo XVII India, por un lado, y Grecia y Europa, por otro lado, reflexionaron muchas veces sobre los mismos temas filosóficos, y de la misma manera.” (Tola y Dragonetti, 2008, p.22) Dicha afirmación se sostiene en un planteamiento de Kant según el cual la filosofía siempre ha girado en torno a los mismos problemas desde la antigüedad, y por esa misma razón al estudiar el pensamiento oriental uno se puede encontrar que ellos también abordaron las mismas problemáticas que Occidente y que desde esta perspectiva podemos entender que ambas formas de pensamiento se presentan como regionales, pero debido a que atienden las mismas problemáticas ambas se convierten en pensamiento universal.

La segunda tesis, nos dice que “en la historia de las Filosofías Griega y Europea se encuentran manifestaciones de irracionalidad bajo muchas formas (…) tan numerosas como en la historia del pensamiento de la India.” (Tola y Dragonetti, 2008, p.22) y esto es en parte a los dogmas culturales que en la tradición Brahmánica de la India se traducen en: la creencia en las reencarnaciones, la existencia de un Isvara (dios personificado) y la infabilidad de la Shruti (textos revelados); mientras que en Occidente los dogmas culturales eran: la creencia en dios, la inmortalidad del alma, la autoridad de los textos cristianos, la infabilidad de la Biblia, etc. En ambos casos dichos dogmas culturales eran admitidos más por cuestiones de fe que producto de la observación, caracterizándose por ser indemostrables y por ser la base sobre la cual se construía una serie de argumentos racionales para explicar ciertos fenómenos, incluso después de la edad media hasta el siglo XVII.

La tercera tesis, es una conclusión que se obtiene de aceptar las dos primeras tesis que resulta en señalar que “estamos autorizados a afirmar que en India sí existió tal cosa como una Filosofía de la India.” (Tola y Dragonetti, 2008, p.23) por esa misma razón es posible establecer paralelismos entre algunas doctrinas de la India y algunas doctrinas de Europa, es decir la comparación solo puede hacerse a un nivel específico no a un nivel general considerando al pensamiento de la India y Europa como dos sistemas totales y homogéneos, pues ambos encierran una pluralidad de posiciones ante diferentes cuestiones y en muchos casos opuestas.

La última tesis, nos restringe la comparación que podemos realizar entre ambas formas de pensamiento, señalándonos que ésta “debe limitarse a confrontar a ambos tal como se manifestaron antes del siglo XVII, o incluso en los siglos siguientes pero, en este caso, cuando ellos mantienen formas que prolongan a las filosofías previas a esa fecha” (Tola y Dragonetti, 2008, p.25-26) En parte, porque las condiciones que hubieron después de esa fecha hicieron que la filosofía de Occidente pierda esa comparabilidad y por ende la similitud que tenía con la India.

De esta manera, Tola concluye que si se puede hablar de una filosofía propiamente India, la  que podemos encontrar en sus textos sagrados más antiguos como el Rig Veda y los Upanishads, o en los textos de Badarayana quien intentó conciliar la heterogeneidad que convivía en estos textos, y los grandes comentadores  de éste como son: Gaudapada, Shankara, Ramanuja y Madvha, y finalmente el sistema Samkhya. Todos ellos abordaron temas como: Lo Uno, el Principio Supremo, la concepción triádica, el objeto de la metafísica, la diferencia entre dios y las almas, el idealismo, la noción de absoluto, el panteísmo, la predestinación y el dualismo, entre otros; temas que a su vez fueron abordados en Occidente por diferentes filósofos, y en ambos casos se mantuvo como presupuestos ciertos dogmas culturales que llevaron a que no exista un pensamiento totalmente racional ni otro totalmente irracional. Sino que el escaso conocimiento del pensamiento de la India y el prejuicio etnocéntrico, que bien podríamos llamarlo eurocéntrico, hicieron que se construya una imagen negativa del pensamiento de la India, por lo que con mucha razón Fernando Tola afirma que “La Filosofía de la India le debe a Hegel, su exclusión, la Filosofía Occidental, el haber sido privada de posibilidades” (Tola y Dragonetti, 2008, p.84)

Fernando Tola y la filosofia de la India

Referencia:


[i] El problema del acceso a la información de Colebrooke por parte de Hegel, se debe fundamentalmente a que el trabajo de Colebrooke se publicó en 2 volúmenes. El primero fue publicado en e1824 y recoge las partes I y II de su trabajo que fueron expuestas en conferencias en los años 1823 y 1824, respectivamente; ambas partes abordaban al sistema Samkhya, Nyaya y Vaisheshika en un total de 44 páginas. El segundo volumen fue publicado en el año de 1829, y corresponde a las tres últimas partes del trabajo de Colebrooke donde trata sobre las doctrinas Mimansa, Vedanta y los sistemas heréticos del Jainismo, budismo, materialismo entre otros; dicho trabajo se expuso en diferentes conferencias durante los años 1826 y 1827. Sin embargo, debido a las fechas de publicación Hegel solo pudo acceder al primer volumen para elaborar sus clases de filosofía.

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La definición de la filosofía según Augusto Salazar Bondy

Actualmente, en el Perú, la currícula escolar no contempla que los estudiantes lleven un curso de filosofía, pese a que posteriormente en los exámenes de admisión a las universidades dicha materia resulte incluida. Sin embargo, antiguamente dicho curso era dictado en los diferentes colegios nacionales del país y viendo la dificultad que implicaba enseñarlo se publicaron en la década de los sesenta dos textos que estuvieron a cargo del filósofo peruano Augusto Salazar Bondy1. Uno de ellos recibía el nombre de “Introducción a la filosofía”, el mismo que posteriormente sería reeditado junto con el libro de introducción a la lógica de Francisco Miró Quesada, en un texto que llevaría por nombre: “Introducción a la filosofía y lógica” (1987). El otro texto, denominado “Iniciación filosófica” (1963) estaba destinado a los estudiantes que ingresaban a la universidad. Así, ambos libros estaban enfocados en introducir de una manera más amigable a los estudiantes neófitos en la materia, y en ambos casos se comenzaba por el reto de definirla.

Antes de nada, revisemos la definición que plantea Salazar en su libro introducción a la filosofía donde señala que es “un tipo de conocimiento eminentemente problemático y crítico, incondicionado y de alcance universal, cuyos temas de investigación van más allá de la experiencia, lo cual hace de él además un saber trascendente y metafísico” (Salazar, 1987, p.12). Dicho de otra manera, la filosofía sería el resultado de una relación gnoseológica entre un sujeto cognoscente y un objeto de conocimiento, donde éste último hará referencia a la totalidad de las cosas que hay en la realidad y cuya existencia se da independientemente de la percepción del sujeto, razón por la cual se le considera un saber trascendente y metafísico. En efecto, en su libro “Iniciación filosófica”, él señala que la filosofía es un mediador entre el pensador y el mundo, por lo que hacer filosofía significará establecer un contacto entre uno mismo como pensador y el mundo externo, pero en un diálogo con los filósofos precedentes, aprendiendo el lenguaje que utilizaron, recogiendo los problemas que pretendían resolver y a partir de ello construir un nuevo conocimiento.

Ahora bien, si la filosofía es producto de una actividad cognoscitiva que supone la relación gnoseológica entre sujeto y objeto, ¿no son acaso el conocimiento científico y el conocimiento vulgar el resultado de sendas actividades cognoscitivas? Ante esto, se nos aclara que el conocimiento humano se presentaría como un saber vulgar, un saber científico y un saber filosófico. Esta primera distinción nos llevaría también a identificar tres tipos de actitudes: la actitud natural, la actitud científica y la actitud filosófica, respectivamente. Así la actitud natural o espontanea se encontraría en todos los seres humanos y nos ayudarían a resolver problemas cotidianos pero que por su propia naturaleza producirían una conocimiento vulgar (preferiría llamarlo cotidiano), el que no se encuentra debidamente fundamentado y que no cuenta con un método riguroso para obtenerlo. En cambio, la actitud científica es diferente porque busca explicar un aspecto específico de la realidad, ya no es un conocimiento obtenido para sobrevivir en el mundo como el saber vulgar, sino que es un conocimiento que se obtiene a través de ciertos parámetros o criterios, como el método científico, que nos permitan tener la certeza de que dicho conocimiento sea objetivo y verdadero o por lo menos probablemente verdadero. Finalmente, la actitud filosófica tiene como base a la admiración, pero no la admiración común y corriente sino un tipo especial de admiración que consistiría en “una manera de ver y pensar aprendida en la escuela de los filósofos” (Salazar, 2000, p.23); también se caracteriza por tener la pretensión de estudiar todas las formas de la experiencia humana (ciencia, religión, arte y cosmovisión) y de obtener un conocimiento sobre la realidad como totalidad, además de poseer una actitud teórica y otra práctica.

Sin embargo, de lo mencionado hasta ahora podría entenderse que la ciencia y la filosofía no estarían relacionadas entre sí, lo cual sería bastante inexacto, pues si bien en un primer momento la ciencia se separa de la filosofía es por la aparición de un nuevo enfoque que proporcionaba una visión diferente a la de su matriz original que le permitió contar con un dominio propio sobre el cual investigar, pero claro está, dicho nuevo enfoque significó la creación de un sistema lógico y un método que asegure la certeza de dicho conocimiento. Y es en este nivel donde la filosofía se relaciona con la ciencia, pues ella se encarga de realizar un análisis crítico y sistemático de ello. Por otro lado, al pretender elaborar un mapa completo de la realidad mucha de la información que utiliza la filosofía se apoya en los conocimientos obtenidos a través de la investigación científica. Por lo que no se puede negar que si bien existe una diferencia entre ambas, éstas se encuentren interrelacionadas.

Retomando el punto en que se mencionó que la filosofía pretende estudiar todas las formas de la experiencia humana, aquí cabe mencionar que en esta relación entre el pensador y el mundo como totalidad existen otros mediadores pero que ya no serían un tipo de conocimiento sino un tipo de experiencia, así la filosofía se diferencia y se relaciona con la cosmovisión, la religión y el arte. Con la cosmovisión comparten el hecho de que ambas proponen una concepción del mundo, con la diferencia que la primera no es un sistema de conocimientos en sentido estricto para Salazar, sino que es una percepción acrítica de la realidad que no alcanza el nivel lógico del pensar sino que se da a un nivel donde lo emocional, lo volitivo y lo racional se encuentran mezclados o fundidos pues pertenecen a la memoria de los pueblos, en cambio la filosofía occidental es un saber producto de la ruptura con los aspectos irracionales (lo emotivo y lo volitivo) es un pensar puramente lógico y racional por lo que su concepción del mundo se encuentra fundamentada, pero dejando abierta la posibilidad de someterla a crítica e incluso rectificarla. Por otra parte, la religión es una forma de acceder a la totalidad del mundo pero a través de la fe, también podemos decir que responde a esos aspectos emocionales y volitivos pero renunciando a lo racional, por lo que no busca un saber verdadero como el conocimiento científico sino una creencia, que le proporcione al hombre religioso una vivencia y despierte en él sentimientos piadosos. Finalmente, el arte también es una forma de acceder a la totalidad del mundo y representarlo pero no racionalmente sino a través de la imaginación, por lo que dicha representación se fundamenta en la intuición irreflexiva mientras que la filosofía se caracteriza por ser reflexiva y lógica. Otra diferencia entre ambas es que el lenguaje del arte se plasma en imágenes y tiene un sentido expresivo mientras que el saber filosófico se sostiene en conceptos y tiene un sentido descriptivo e inclusive especulativo. No obstante, de las diferencias entre la filosofía y las diferentes formas de la experiencia humana, no puede negarse tampoco la interrelación que mantiene ésta con cada una de ellas. Aunque, es preciso acotar que Salazar solo menciona a la religión y al arte como  las únicas experiencias interrelacionadas con la filosofía, considerándolas junto con la ciencia como formas distintas de hacerse cargo del ser, obviando completamente a la cosmovisión, y centrándose en mencionar que la filosofía es el puente natural entre la ciencia por un lado y la religión y el arte por el otro.

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Por otro lado, la actitud filosófica y el saber filosófico pueden subdividirse en dos áreas: un saber teórico y un saber práctico. Así tenemos que como saber teórico la filosofía puede entenderse como reflexión crítica y como concepción del mundo, y como saber práctico puede ser entendida como saber de la vida. Al entender que la filosofía es una reflexión crítica nos referimos que su campo de acción o el material sobre el que trabaja es lo dado por la ciencia (el conocimiento), la praxis moral (la acción), la creación artística (la invención) y la vida cotidiana (la existencia); es decir, que sobre lo producido por el ser humano, no a nivel material sino inmaterial, lo que hace la filosofía es dar una mirada diferente a todo ello para comprenderlo mejor y desde una nueva mirada pero sin ir más allá de ellas, pues como diría Salazar la reflexión crítica sería un saber segundo que puede entenderse como una radiografía o una foto en negativo, la que permite entender la realidad ya descubierta, más no descubrir nuevas realidades. Por otra parte, desde el aspecto teórico también puede entenderse a la filosofía como una concepción del mundo, en la medida que pretende obtener una comprensión de toda la realidad, cruzando los límites de lo dado o lo experimentado y especulando sobre las estructuras ontológicas que fundamentan a esta. Por último, en el saber práctico, se puede entender a la filosofía como un saber de la vida que consiste en hacer juicios valorativos sobre la vida, su sentido y sus metas, así como también prescribir sobre la conducta del ser humano.

Finalmente, esta división entre lo teórico y lo práctico permitiría agrupar las diferentes disciplinas filosóficas de tal manera que desde el punto de vista teórico como reflexión crítica se abordarían temas vinculados al conocimiento (teoría del conocimiento general, epistemología, lógica y semiótica), al hombre y la existencia, la historia y la cultura (antropología filosófica, filosofía de la historia y filosofía de la cultura), y la reflexión sobre la filosofía misma (filosofía de la filosofía e historia de la filosofía); en cambio como concepción del mundo se abordan temas relacionados a la naturaleza y el mundo (filosofía de la naturaleza o natural, cosmología, ontología y metafísica); y por último desde la perspectiva práctica se aborda temas vinculados a la acción humana (axiología o teoría general del valor, ética, estética y filosofía del arte, filosofía del derecho, filosofía política y social, filosofía de la educación y filosofía de la religión).

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Referencia:

Salazar, A. (2000). Iniciación filosófica. Lima, Perú: Editorial Mantaro.

Salazar, A. y Miró Quesada, F. (1987). Introducción a la filosofía y lógica. Lima, Perú: Librería Studium.

Salazar, A. y Miró Quesada, F. (1987). Introducción a la filosofía y lógica. Recuperado de https://misclasesescolares.files.wordpress.com/2015/05/salazar-bondy-intro-filosofc3ada-cap-1.pdf

1 Augusto Salazar Bondy es un filósofo peruano nacido en Lima en el año de 1925 que fallece en 1974 que fue influenciado por Nicolai Hartmann y se interesó por la filosofía de la ciencia. Se caracteriza por plantear que Latinoamérica carecía de una filosofía original o propia.

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