David Sobrevilla Alcazar (1938-2014) fue un filósofo peruano egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que realizó un doctorado en filosofía en la Universidad de Tubinga en Alemania. En cuanto a su desarrollo filosófico, otro gran filósofo, Francisco Miroquesada señala que éste puede describirse en tres periodos: periodo de aprendizaje (1955-1970), periodo de transición (1970-1986) y un periodo autónomo (1986-2014) donde buscará una filosofía más auténtica, en el sentido que partirá de la tradición occidental para replantearla, después de pasarla por el tamiz que representan las necesidades y particularidades propias del Perú y Latinoamérica.
En el año 2014, la Editorial Universitaria de la Universidad Ricardo Palma publicó el libro Introducción a la Filosofía de David Sobrevilla, donde él define a la filosofía de dos maneras, primero como “la orientación racional y general en el mundo”, y luego como “la reflexión racional sobre ciertos problemas básicos o fundamentales, (…) de un alto grado de generalidad y por ello mismo muy abstractos (y difíciles)”, con la salvedad que él las presenta como determinaciones de la filosofía. No obstante, antes de hablarnos de dichas determinaciones, él nos presenta el panorama de las perspectivas desde las cuales se puede abordar la indagación sobre la filosofía: la indagación etimológica y la indagación conceptual.
En cuanto a la primera, se nos menciona de la existencia de un sentido técnico y otro no técnico. El primer sentido es la clásica definición de la filosofía como amor a la sabiduría, a partir de las raíces griegas que conforman dicha palabra. Respecto al sentido no técnico, este se encuentra en un texto de Hesíodo (siglo VIII a.C.) quien utiliza el término como “amante del saber”, posteriormente la utilizarían Heráclito y Pitágoras (siglo VI a.C.), el primero como “sabedor de muchas cosas” y el segundo como “amante de la sabiduría”, atribuyéndose a éste último el hecho de ser el primero en autodenominarse como filósofo según una anécdota recogida por Cicerón (siglo I a.C.).
El segundo modo de indagación sobre la palabra filosofía puede realizarse en tres sentidos: el sentido amplísimo, el sentido amplio y el sentido histórico. El primer sentido se encuentra en el trabajo de Paul Radin, denominado El hombre primitivo como filósofo, donde se busca encontrar como abordaba el hombre primitivo temas propiamente filosóficos (el destino, el sentido de la vida, etc.) y se llega a la conclusión de que todas las culturas antiguas tuvieron filosofía. Sobre el sentido amplio, se utiliza los trabajos de Karl Jaspers y Jesús Mosterín, Origen y meta de la historia e Historia de la filosofía respectivamente, donde se plantea que el desarrollo del pensamiento humano puede dividirse en dos etapas: el pensamiento arcaico y el pensamiento filosófico. Así el primero asumiría un acceso directo al mundo sin hacer uso de la razón, sino apelando a mitos y otorgándole una gran importancia al rito como medio para acceder a las divinidades. Respecto al segundo, comenzará por considerar un tiempo axial o eje ubicado en el siglo VI a.C. donde se desarrollaran los principales sistemas de pensamiento en Grecia, India y China. Por último, el sentido histórico, nos lleva a las costas del Asia Menor, a la ciudad de Mileto durante siglo VI a.C. donde aparecerán los primeros representantes de la filosofía occidental.
Desde esta última perspectiva, Sobrevilla desarrollara el origen de la filosofía considerando como base el trabajo del filósofo español Ortega y Gasset en su obra Origen y epílogo de la filosofía, cuya tesis central es que “para afirmarse en el mundo el ser humano necesita ciertas creencias y técnica”, por lo que la aparición la filosofía en occidente se estructurará en un proceso de tres etapas: la magia, el mito y la filosofía. Sin embargo, en el texto solo se abordará el paso del mito al logos, donde el desarrollo comercial y la aparición de la escritura serán claves para explicar la crisis de la civilización griega durante los siglos VII y VI a.C. que permitirán la aparición de las religiones orientales en dicha región y el surgimiento de la filosofía, proceso que comenzará con el desarrollo de la actitud filosófica; luego el abandono del modelo genético del mundo, que heredaron de los mitos, por un modelo histórico y diacrónico que posteriormente se verá complementado con el desarrollo de la lógica en el siglo IV a.C..
En relación con lo anteriormente expuesto, Sobrevilla introduce el tema de las determinaciones de la filosofía que bien puede entenderse como su definición. Así, en una primera instancia, él la define como “la orientación racional y general en el mundo”. Adicionalmente aclara que se trata de una orientación en la medida que busca ubicar o determinar a una persona o entidad o un conjunto de estas en un lugar ante el mundo y para ello requiere de un instrumento que es la razón, por ello se diferencia de la religión que también es una orientación pero a través del mito y la fe. Asimismo, se considera que es general porque su objeto es la realidad como una totalidad, precisamente ésta característica la diferencia de la ciencia que solo aborda ciertos aspectos o dominios de la realidad. Ahora bien, esta definición o determinación de la filosofía se encuentra abordada por la metafísica por lo que las demás disciplinas filosóficas abordarán la otra definición o determinación de ésta. Así, la otra determinación de la filosofía es definida como “la reflexión racional sobre ciertos problemas básicos o fundamentales, (…) de un alto grado de generalidad y por ello mismo muy abstractos.”, es decir, que ésta también se encarga de abordar ciertos aspectos de la realidad y que a diferencia de la ciencia su labor sería más general y basada en un examen racional y no empírico de dichos aspectos. No obstante, esta posición deja fuera otras orientaciones basadas en la voluntad de poder, como en la filosofía de Nietzsche, y la voz del ser en la filosofía de Heidegger.
Por otra parte, el filósofo huanuqueño divide la filosofía inicialmente en dos ramas: la rama formal o propedéutica y la rama real. En la primera rama se ubica a la lógica como una materia introductoria de la filosofía que hace referencia a la parte formal del pensamiento, su objeto de estudio, estudiando los razonamientos deductivos e inductivos. En cambio, la segunda rama, aborda los objetos de la filosofía en el mundo real, que a su vez se subdivide en una filosofía teórica (reflexión sobre el mundo dado), filosofía práctica (reflexión en torno a la acción humana), filosofía de la técnica (reflexión sobre el mundo producido por el hombre) y filosofía de la religión (reflexión sobre la trascendencia y lo divino). Finalmente, todos estos temas se refieren a una reflexión sobre el hombre, sobre el ser humano.
Finalmente, se realizará una breve exposición sobre los métodos de la filosofía, entendiendo a estos como el camino que uno debe seguir para obtener un determinado fin. Ahora bien, dicho fin puede ser teórico o práctico, y por ende buscará el conocimiento o la felicidad, respectivamente. Sin embargo, Sobrevilla considera únicamente al fin teórico para desarrollar su explicación sobre el método. Así, tenemos que él comienza por la edad antigua donde destaca al método dialéctico de Platón y el pluralismo metódico de Aristóteles. Posteriormente, en la edad moderna se recogerá de Francia al método único de cuatro reglas propuesto por Rene Descartes; hasta llegar al siglo XIX donde primaron dos métodos: el método positivista de Augusto Comte, que se ajustaba al estudio de lo dado, y el método dialéctico de Hegel y Marx que, a diferencia de Platón, se encarga de encontrar y superar las contradicciones que se encuentran en la conciencia y en el ámbito material, respectivamente. Luego, con la división entre las ciencias de la naturaleza y las de la cultura se comienza a establecer la diferencia entre hechos y valores, un ejemplo de ello es la propuesta del neokantiano Heinrich Rickert, mientras que Wilhelm Dilthey plantea un método hermenéutico para abordar la ciencias espirituales. Posteriormente, aparecería Hans-Georg Gadamer para darle una mayor importancia al medio linguistico. Además, durante el siglo XX la filosofía tendrá dos métodos en disputa: el método fenomenológico de Husserl y el método analítico del primer Wittgenstein. Finalmente, también existe una corriente antimetódica conformada por Nietzsche, Gadamer y Feyerabend, que rechaza la preponderancia del método respecto a la ciencia y la filosofía.
Referencias:
- Sobrevilla, D. (2014). Introducción a la Filosofía. Lima, Perú: Editorial Universitaria.
- Miroquesada, F. (22 de agosto de 2014). David Sobrevilla, gran pensador. El Comercio. Recuperado de http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/david-sobrevilla-gran-pensador-francisco-miro-quesada-c-354980
- Giusti, M. (29 de agosto de 2014). La herencia de David Sobrevilla. El Comercio. Recuperado de http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/herencia-david-sobrevilla-miguel-giusti-357435
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