Los acrónimos

Los acrónimos. ¿Qué son y por qué se confunden con las siglas?

Dos sustantivos suelen generar confusión a la hora de identificarlos: las siglas y los acrónimos. Anteriormente, se había mencionado que la forma más fácil de diferenciarlos era a través de su lectura. Así, lo característico del acrónimo es la facilidad de su pronunciación, al punto que podemos leerlo de corrido como cualquier otra palabra. Un ejemplo lo encontramos en la denominación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y su versión abreviada OTAN. Sin embargo, comprender a profundidad en qué consiste un acrónimo implica ahondar un poco más.

Definición del acrónimo

El acrónimo, según el Diccionario de la lengua española (DLE), presenta dos definiciones. La primera señala que se trata de una “sigla cuya configuración permite su pronunciación como una palabra” (Real Academia Española [RAE], 2014, definición 1). La segunda lo define como “vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última” (RAE, 2014, definición 2). Es decir, existen dos tipos de sustantivos que son considerados bajo la denominación de acrónimo.

En efecto, el Glosario de términos gramaticales indica directamente que los acrónimos están constituidos por dos tipos de sustantivos: las siglas silabeadas y los compuestos acronímicos o sincopados. La sigla silabeada se relaciona con la primera definición del Diccionario de la lengua española, por ejemplo, el acrónimo del Mercado Común del Sur (Mercosur), donde se toma la primera sílaba de cada palabra significativa (Mer – Co – Sur). En cambio, los compuestos acronímicos se relacionan con la segunda definición, como en el caso del compuesto de conspiración y paranoico (conspiranoico), formado por la parte inicial de la primera palabra (conspira) y la parte final de la segunda (noico).

Formación de los acrónimos

En el caso de los acrónimos no se puede hablar de un solo proceso de formación porque estos se conforman de sustantivos constituidos de maneras distintas. Así, las siglas silabeadas se forman mediante un proceso de abreviación denominado siglación y los compuestos acronímicos, mediante un proceso de composición.

Respecto al proceso de formación de las siglas silabeadas, según el Diccionario panhispánico de dudas, se debe observar lo siguiente:

  • En principio, no se considera la letra inicial de cada una de las palabras gramaticales de la denominación (artículos, preposiciones y conjunciones), excepto en aquellos casos donde se facilite su pronunciación. Ejemplo: Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) o pequeña y mediana empresa (pyme).
  • Por otro lado, se consideran varias letras adicionales a la inicial de las palabras significativas, siempre que facilite su lectura. Ejemplo: Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP)

Por otro lado, el proceso de formación de los compuestos acronímicos o sincopados, de acuerdo al Manual de la nueva gramática de la lengua española, se trata de un proceso de composición donde dos segmentos se unen en una sola palabra, pero con la particularidad de que el primer segmento sufre un acortamiento. Por ejemplo: La palabra cantautor se forma de los segmentos cantante y autor, donde el primer segmento cantante es acortado a cant.  

Lectura de los acrónimos

De acuerdo a la Ortografía básica de la lengua española, las siglas silabeadas se leen como si fuera una palabra, puesto que su secuencia de letras respeta los patrones silábicos del castellano. Ejemplo: la sigla de la Real Academia Española está formada por sus iniciales RAE y se lee [rrá.e].

En cuanto a los compuestos acronímicos, debido a que todo proceso de composición forma una nueva palabra, estas siempre respetan los patrones silábicos del castellano y pueden pronunciarse sin problemas. Ejemplo: publicidad y reportaje forman la palabra compuesta publirreportaje.

Ortografía de los acrónimos

La escritura de las siglas silabeadas según lo registrado en la Ortografía básica de la lengua española considera los siguientes aspectos:

  • Signos de puntuación: Al igual que las otras clases de siglas se omite su uso.
  • Uso de mayúsculas: En este punto es preciso diferenciar entre las siglas silabeadas que funcionan como nombres propios o comunes. Si se trata de nombres propios, se debe considerar el número de grafías, es decir, se debe escribir todo mayúscula si el acrónimo presenta hasta cuatro letras, y mayúscula inicial si presenta más de cuatro. Ejemplo: el acrónimo del Comité Olímpico Internacional se escribe COI, mientras el del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica se escribe Concytec.

En cambio, si el acrónimo constituye un nombre común entonces se debe escribir todas las grafías en minúscula. Por ejemplo: el acrónimo de la unidad de cuidados intensivos se escribe uci.

  • Tilde: En general, las siglas no llevan tilde, no obstante, en el caso de las siglas silabeadas se debe considerar que cuando funcionen como nombres propios y presenten menos de cuatro letras, no deben llevar tilde. Ejemplo: el acrónimo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo se escribe OPEP.

Si por el contrario, siendo nombres propios, presentan más de cuatro letras entonces se aplica la regla de tildación. Por ejemplo: el acrónimo de la Fundación del Español Urgente se escribe Fundéu con tilde en la última sílaba (déu) porque es una palabra aguda que termina en vocal.

Por otro lado, cuando los acrónimos funcionan como nombres comunes, deben escribirse considerando las reglas de acentuación. Por ejemplo: el acrónimo de euro interbank offered rate se escribe euríbor.

  • Plural: Según el Diccionario panhispánico de dudas, si los acrónimos corresponden a nombres propios, no se pluralizan. Pero si corresponden a nombres comunes, se deben pluralizar. Por ejemplo, el acrónimo de médico interno residente se escribe mir y su plural es mires.
  • Género: De acuerdo al Diccionario panhispánico de dudas, se deben considerar dos situaciones en cuanto al género gramatical de un acrónimo: aquellos formados dentro de la misma lengua o traducidos de otra y los aceptados directamente de otra lengua.

En el primer caso, se adopta el género gramatical de la palabra núcleo del acrónimo. Por ejemplo: el Comité Olímpico Internacional tiene como acrónimo al COI, donde la palabra núcleo es “comité” cuyo género gramatical es masculino, mientras la unidad de cuidados intensivos tiene como acrónimo a la uci y su palabra núcleo es “unidad” cuyo género gramatical es femenino.

El segundo caso, en cambio, se considera que mayormente son masculinos. Ejemplo: el acrónimo de light amplification by stimulated emission of radiation se escribe láser debido que el acrónimo se ha tomado como un préstamo del inglés y se considera que su género gramatical es masculino.

  • Acrónimos de origen extranjero: El Diccionario panhispánico de dudas indica que existen dos posibilidades para acrónimos que provienen de una lengua extranjera: su adaptación o traducción y su incorporación directa al idioma. Según la Fundación del Español Urgente (2013), los acrónimos no se traducen al español en tres casos: palabras de uso asentado, nombres comerciales o por difícil traducción.

Un ejemplo de la primera posibilidad lo encontramos en el acrónimo de la United Nations Organization, el cual se escribe a partir de su versión traducida como ONU (Organización de las Naciones Unidas). En cuanto a la segunda probabilidad, se tendría el nombre de entidad United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization cuyo acrónimo es Unesco. En ninguno de estos casos los acrónimos se escriben en cursiva o entre comillas.

Finalmente, los compuestos acronímicos se tratan como cualquier palabra del castellano por lo que deben escribirse en minúsculas y respetando las reglas de tildación. Por ejemplo: la unión de las palabras petróleo y dólar forman el compuesto petrodólar, donde se aplica la regla de tildación al resultado del proceso de composición.

Referencia bibliográfica

Fundación del Español Urgente. (13 de enero de 2013). Siglas y acrónimos, claves de redacción. Recuperado de https://www.fundeu.es/recomendacion/siglas-y-acronimos-claves-de-redaccion/

Real Academia Española. (2011). Nueva gramática de la lengua española.

Real Academia Española. (2012). Ortografía básica de la lengua española.

Real Academia Española. (2014). Diccionario de la Lengua (23a Ed.).

Real Academia Española. (08 de febrero de 2024). Glosario de términos gramaticales. Recuperado de https://www.rae.es/gtg/acrónimo

Real Academia Española. (08 de febrero de 2024). Diccionario panhispánico de dudas (2a Ed.). Recuperado de https://www.rae.es/dpd/acrónimo

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