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La epistemología de Tomás de Aquino y el símil del sol

Título original: El símil del sol en Platón, Aristóteles y Tomás de Aquino. Tres teorías sobre la inteligencia y el conocimiento.

  1. La epistemología de Tomás de Aquino
    • El proceso del conocimiento en Tomás de Aquino

Tomás de Aquino recoge el modelo aristotélico del proceso del conocimiento pero le hace algunas modificaciones. Así tenemos que el proceso de Tomás de Aquino comienza por la percepción sensible de las cosas particulares con la diferencia que los sentidos producen un representación sensorial que impacta en un nuevo elemento del proceso, introducido por Tomás, que es la noción de imaginación o fantasía (imaginatio). Luego, la imaginación produce una representación mental o fantasma que es una imagen de las cosas particulares pero que contiene dentro los universales que son inteligibles con la ayuda de la memoria donde están contenidas las formas recibidas anteriormente, es en este punto donde interviene el entendimiento agente (intellectus agens) tomando las formas particulares de los fantasmas de la imaginación (imaginatio) para abstraer los universales contenidos en ellas y así impregnar en el entendimiento posible o paciente (intellectus possibilis) las formas universales abstraídas.

Como vemos, el proceso propuesto por Tomás de Aquino presenta diferencias respecto al de Aristóteles pues, en la versión aristotélica el intelecto paciente recibe las impresiones de la percepción sensorial directamente y es el intelecto agente el que se encarga de actualizarlo. Sin embargo, Tomás modifica dicho proceso incorporando la noción de imaginación entre la percepción sensible y el entendimiento posible (intellectus possibilis), así como también incorpora las representaciones mentales o fantasmas producidos por la imaginación; también modifica la función del intelecto agente al colocarlo como intermediario entre la imaginación y entendimiento posible.

  • El símil del sol en la noción del entendimiento agente en Tomás de Aquino

El símil del sol también es considerado por Tomás de Aquino en la explicación del entendimiento agente (intellectus agens), para ello toma la versión aristotélica en el mismo sentido, con la salvedad que él vuelve a incluir la referencia al sol pero como creador de la luz. Así nuevamente tenemos una relación ternaria en el símil: sol, luz, vista y cosas sensibles; donde el sol sería el dios cristiano, la luz el entendimiento agente, la vista el entendimiento paciente y las cosas sensibles la realidad. Ahora bien, la inclusión del sol tiene una repercusión en el símil pues hace referencia a que el entendimiento agente, como la luz, es un don otorgado por el dios cristiano al momento de otorgar la existencia al hombre, por lo que la iluminación que menciona Tomás es diferente a la noción Agustiniana donde el conocimiento se obtiene por la iluminación del dios cristiano, es decir con Agustín el conocimiento se obtiene por intermediación de la iluminación divina, en cambio para Tomás la iluminación es independiente de toda intervención divina, ya que esta proporcionó su luz al otorgar la existencia al alma humana.

Por otra parte, la noción de entendimiento agente (intellectus agens) hereda la concepción de hábito que aparece en el nous aristotélico con la salvedad que dentro del pensamiento del aquinate dicho hábito se clasificaría como un hábito intelectual de carácter natural[1] y que se caracteriza por tener un fundamento metafísico (dios) y por ser adquiridos, además dicho hábito ayuda a realizar diferentes operaciones conceptuales básicas y por ello es denominado habitus principiorum, más allá de ello mantiene su condición de disposición permanente en el ser humano, una vez que haya sido adquirida.

Por último, señalar que en el caso de Tomás de Aquino, tanto el entendimiento agente como el entendimiento posible perduran en el alma después de que el cuerpo perece, a diferencia de Aristóteles que solo mantiene más allá de la muerte al intelecto agente.

Conclusión

La revisión de la epistemología de cada uno de estos filósofos nos muestra como su posición epistemológica implicaba asumir no solo una perspectiva ontológica sino que también requería tomar una posición psicológica e inclusive antropológica. Cabe precisar que es difícil establecer las diferencias entre estos campos pues para la época no estaba diferenciadas la epistemología, la ontología y la psicología racional. No obstante, se ha podido encontrar elementos que nos permiten hablar de su epistemología, aunque influenciados por su perspectiva de los dos elementos fundamentales de la relación gnoseológica: el sujeto y el objeto. Finalmente, se observa como una misma representación analógica como el símil del sol ha servido para explicar diferentes posturas respecto al problema del conocimiento y también como se ha visto afectada por las posiciones ontológicas y psicológicas de cada uno de los filósofos estudiados.

Referencias:

  • Tomás de Aquino. (2001). Opúsculos y cuestiones selectas de Santo Tomás de Aquino. Madrid, España: Biblioteca de Autores Cristianos.
  • Tomás de Aquino. (1988). Suma de Teología. Madrid, España: Editorial Católica.
  • Ferrater, J. (2004). Diccionario de filosofía. Barcelona, España: Editorial Ariel, S.A.
  • Sellés, J. (2002). El entendimiento agente según Tomás de Aquino. Revista Española de Filosofía Medieval ,9(2002), pp. 105-124. Recuperado de https://www.uco.es/filosofiamedieval/sites/default/files/revistas/vol09/refmvol09a08.pdf
  • Petrou, A. (2013). Epistemología tomista: Una concepción ontológica de la realidad. LOGOÍ. Revista de Filosofía. 23(2013). pp. 42-55. Recuperado de saber.ucab.edu.ve/temas/index.php/logoi/article/download/3015/2664

[1] Los hábitos en Tomás de Aquino pueden ser sobrenaturales y naturales, estos últimos pueden ser intelectuales o morales.

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